La conservación de ecosistemas en toda la nación protege la valiosa vida silvestre.
El Parque Natural de Guandu es un importante hábitat de vida silvestre en el norte de la ciudad de Taipéi. (Foto de Chen Mei-ling)
El Parque Natural de Guandu alberga especies como la cigüeñuela de alas negras. (Foto cortesía de la Sociedad de Aves Silvestres de Taipéi)
Activistas ambientales de Filipinas asisten a la Feria Internacional de Observación de Aves de Taipéi 2024 en el Parque Natural de Guandu. (Foto cortesía de la WBST)
Zonas de vida silvestre
La WBST se formó como un grupo pionero de defensa ambiental durante el movimiento de liberalización social de Taiwán en la década de 1980. La aparición de voces a favor de la conservación condujo a la promulgación de la Ley de Conservación del Patrimonio Cultural de 1982. En las décadas siguientes, la nación ha ampliado sus áreas protegidas para evitar el desarrollo irresponsable de tierras. Hasta la fecha, estas incluyen 22 reservas naturales, seis reservas forestales, 10 parques nacionales y 39 hábitats importantes para la vida silvestre, que en conjunto abarcan casi el 20 por ciento del territorio nacional. La mayoría de los refugios son administrados por oficinas regionales de la Agencia de Conservación Forestal y de la Naturaleza del Ministerio de Agricultura (MOA, siglas en inglés), bajo la Ley Forestal, la Ley de Parques Nacionales y la Ley de Conservación de la Vida Silvestre. De los 39 hábitats de vida silvestre, seis están protegidos bajo la Administración de Conservación Oceánica del Consejo para los Asuntos Oceánicos, establecida en 2018, mientras que 21 son gestionados según las necesidades especiales de conservación de los gobiernos locales. La gestión de estas áreas puede delegarse a organizaciones como la WBST, con apoyo de los sectores público y privado.
En 2015 entró en vigor la Ley de Conservación de Humedales, la cual estableció protecciones adicionales para los hábitats de flora y fauna, lo que llevó a la designación de más de 60 humedales en toda la nación como importantes a nivel global, nacional o local. Tanto el Parque Natural de Guandu, en Taipéi, como el Humedal de Aogu, en Chiayi, fueron designados de significancia nacional, en parte debido al reconocimiento de la red de conservación Birdlife International, con sede en el Reino Unido, como ecosistemas que sirven como paradas cruciales para una impresionante variedad de aves migratorias, incluidas aves acuáticas, aves costeras y la espátula de cara negra, una especie en peligro de extinción.
Espátulas de cara negra reposan en el Humedal de Aogu, en el distrito de Chiayi, en el sur de Taiwán. (Foto cortesía de la WBST)
Comparando los humedales y los bosques con los riñones y los pulmones de una nación, Chen, de la WBST, sugiere incorporar el Parque Natural de Guandu y la reserva de manglares vecina, que suman un total de 120 hectáreas, al sistema de Parques Naturales Nacionales bajo la jurisdicción del Ministerio del Interior. El sistema actualmente incluye un parque natural y dos parques metropolitanos en las ciudades de Taichung y Kaohsiung, ubicadas en el centro y sur de Taiwán, respectivamente. “Este acuerdo no solo mantendría el ecosistema regional, sino que también permitiría destinar más recursos financieros y de personal al mantenimiento de los hábitats”, afirmó Chen.
El Refugio de Vida Silvestre de Gaorong, en la ciudad de Taoyuan, en el norte de la nación, es un importante refugio para plantas acuáticas y la rana de Taipéi. ( Foto cortesía de la Sociedad de Restauración de Humedales de Taiwán)
Vida en el estanque
El estanque de Gaorong formó parte de una red de riego compuesta por miles de estanques conectados que abastecían los arrozales en Taoyuan. Sistemas de transmisión de agua más avanzados, junto con la finalización del embalse de Shihmen en 1964, dejaron a los estanques vulnerables ante los desarrolladores. Huang Yen-ling, secretario general de la TWRS, se considera portavoz de estos estanques abandonados. “Estos entornos construidos se han integrado en el ecosistema como hábitats para la vida silvestre y las plantas”, señaló Huang. “Pueden ser de propiedad privada, estar administrados por la Agencia de Riego del MOA o pertenecer a la estatal Corporación del Agua de Taiwán, como es el caso de Gaorong”, explicó Huang, haciendo un llamado a la colaboración con las comunidades locales para conservar estas características únicas del paisaje. “Uno de nuestros mayores éxitos ha sido convencer a los agricultores de los beneficios de evitar los pesticidas químicos para reducir la contaminación de los estanques. A cambio, los ayudamos a comercializar sus productos orgánicos”, apuntó Huang.
Huang mencionó otro antiguo sistema de riego convertido en proyecto de conservación en Taoyuan que, al igual que otros siete sitios similares en la ciudad, tiene la misión adicional de aumentar la conciencia ambiental. El Parque Ecológico del Estanque de Bade, de 5 hectáreas, fue reconocido en 2018 bajo la Ley de Educación Ambiental de 2011. Huang y Chen, de la WBST, consideran que educar a las personas sobre la importancia de proteger los ecosistemas de la nación es un objetivo primordial para grupos cívicos como los suyos. Ambos elogiaron a las empresas que priorizan las consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza por sus contribuciones continuas en términos financieros y de trabajo voluntario a las campañas relacionadas con la conservación.
“Los sectores público y privado han logrado grandes avances en la protección de la tierra”, afirmó Chen. “Es emocionante considerar las posibilidades de cooperación y colaboración que aún nos quedan por explorar”, añadió Chen.